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sábado, 19 de junio de 2021

Set the Fire to the Third Bar

I find the map and draw a straight line
Over rivers, farms and state lines
The distance from A to where you'd B
It's only finger lengths that I see

I touch the place
Where I'd find your face
My fingers in creases
Of distant dark places

I hang my coat up in the first bar
There is no peace that I've found so far
The laughter penetrates my silence
As drunken men find flaws in science

Their words mostly noises
Ghosts with just voices
Your words in my memory
Are like music to me

And miles from where you are
I lay down on the cold ground and I
I pray that something picks me up
And sets me down in your warm arms

After I have traveled so far
We'd set the fire to the third bar
We'd share each other like an island
Until exhausted close our eyelids

And dreaming pick up from
The last place we left off
Your soft skin is weeping
A joy you can't keep in

And miles from where you are
I lay down on the cold ground and I
I pray that something picks me up
And sets me down in your warm arms

And miles from where you are
I lay down on the cold ground and I
I pray that something picks me up
And sets me down in your warm arms

miércoles, 10 de junio de 2020

Over one year and the pandemic

It's been over one year. It was a rough one. I spent many months bed bounded due to my back problems and an emergency surgery. The recovery has been slow and painful but I have been surrounded by love and care.

The world has been trapped by COVID19 for well over 6 months and we are all afraid and have lost sense of normalcy.

miércoles, 23 de enero de 2019

10

Hace diez años (y semanas) que vine a vivir a Bélgica. Hace poco más que me dijeron “Si quieres el trabajo, es tuyo. Solamente tienes que estar en Bruselas el primer día hábil de 2009”. Hice mis maletas, poniendo mi vida en el compacto espacio de los límites de equipaje de las aerolíneas.

Volando vía Madrid, ahí esperé unas horas para tomar mi vuelo a Bruselas. Aterricé en Bruselas por ahí de las 11 de la noche en el último día de 2008. Para cuando llegué a la que sería mi casa por varios años, mientras abría la puerta, los fuegos arrificiales que anunciaban el nuevo año habían comenzado. Fue un comienzo poético, diría cualquiera, ¿cierto?.

Luego hubo que descubrir todo: el pequeño espacio de mi nueva casa, el transporte, el supermercado, la nieve y el frío, un idioma completamente nuevo y un trabajo demandante también.

Recuerdo que los primeros meses volvía a casa con dolor de cabeza. Recuerdo haber caminado en la nieve por primera vez. Recuerdo darme cuenta de que aunque ahora vivía en un país de la Unión Europea, las etiquetas de los productos no tenían una traducción al español (por alguna razón pensé que sería así). La oficina era un espacio eficiente, callado y con muy buen café.

Hice las visitas de fin de semana obligadas: Amberes, Brujas, Gante, etc. El trabajo me mandaba a otros países también, incluido un viaje a Lima del que casi no vuelvo porque mi identificación belga estaba todavía en trámite y por poco no me dejan subirme al avión para volver a Bruselas.

Mientras yo me reinventaba, nada se detuvo. México siguió su curso y yo lo miraba de lejos, a través de las páginas de los periódicos principales. Viajando dos veces por año, comparando, quejándome y volviendo a Bruselas. Me habían dado una oportunidad de oro y ante eso, hay que aprovechar ("ten cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad...").

Me enamoré, me desenamoré, salí con Fulano y con Sutano también. Hice amigas/os nuevos. Pocos, de los que “valen”. Seguí siempre mirando a mi México y cocinando una que otra cosa con la “despensa” de productos mexicanos que traigo de cada viaje al D.F. Mi país y yo fuimos cambiando, creciendo, aprendiendo (y no). Nada se detuvo, nada estuvo ni ha estado en pausa.

Y sí, me he perdido un montón de cosas importantes estando lejos. Al mismo tiempo, y a nivel individual, aprendí más acerca de mi, acerca de cómo se reinventa una persona cuando acepta el reto de estar lejos del país de origen: soledad, enfermedades, cómo resolver los retos logísticos más simples y cómo dar con esa cosa que en México sé en dónde comprarla y aquí no... Elegir vivir en un país que no es el tuyo es comenzar de cero. Es muy divertido, pero al mismo tiempo es un reto que es difícil de explicar.

Y el idioma. Por unos años pensé que me podía saltar aprender francés porque el plan era volver después de dos años y en Bruselas casi todo el mundo habla inglés (¡o español!). Pero un día me decidí y me puse a estudiar. Todavía me avergüenzo mucho cuando tengo que hablarlo, pero soy capaz de expresarme (y la pobre gente con la que hablo, de entenderme). Ensayo lo que tengo que decir y en mi cabeza suena perfecto, luego abro la boca y ahí la realidad es diferente y la pronunciación deja mucho que desear.

Tuve tambien la oportunidad de conocer una forma más local de ver Bélgica. También me di cuenta de qur igual que las flores, los humanos también podemos marchitarnos. Que podemos ser presos de nuestras costumbres y que la libertad nos aterra.

Y extraño las sonrisas y los saludos cálidos de mi México. Y aprecio la seguridad porque es la que camino después de las 10 de la noche en casi toda Bruselas. Y extraño a mis hermanos y a mis padres. Y me gusta saber que reciclo la basura y que es una pequeña contribución para el mundo de mañana (¡ojalá lleguemos!). Y los viernes quisiera comerme 3 tacos al pastor. Y cada vez que como papas a la francesa (“frites”), les pongo su salsa “andalouse” y las disfruto “como enana”. Y hablo menos o más con mi gente en México, pero los quiero como hace más de 10 años. Y me sigue gustando mi trabajo y ahora soy la persona con más antigüedad en la oficina. Y he comprado tortillas y chiles secos en euros (¡¿qué?!) y he comido esos productos mexicanos que estaban a punto de expirar (¡o que ya estaban vencidos!). Y me gusta la tranquilidad de los domingos por la tarde en Bruselas que son un buen momento para tomarse un té y ver una película. Y tengo una lista obligada de cosas por hacer cada vez que voy a México. Y me gustan los rincones bruselinos que me salen al paso y que todavía, después de 10 años, sigo descubriendo. Y es difícil estar lejos cuando alguno de mis afectos en México está sufriendo.

No tengo un plan definido. He dejado de la vida fluya. Siempre recuerdo que no me fui de México de manera forzada y que las personas y los lugares que amo están ahí. También sé que no estoy sola, que estoy “a un click de distancia” de los “míos de allá” (¡gracias tecnología!).

jueves, 21 de junio de 2018

Feeling lighter

And all of a sudden I feel lighter, both physically and emotionally speaking. My back gives me a bit of a break every now and then and my mind that had been very upset is loosening as well and I am starting to sleep a bit better again.

Yes, I still try my best not to think about certain things, but in general I feel lighter.
Yes, I get mad when I don't manage to fight back certain thoughts, but I feel like I recover my peace sooner or later.
Yes, there is still this big debt, but I hope things will go the right way and I will be able to close turn the page on.
Yes, I could still get those four years back if at all possible, but I will learn to live with the fact that it won't happen.

So yes, this is how the story ends and how a new me begins.

viernes, 4 de mayo de 2018

Conocer a alguien...

“A veces debes conocer al otro realmente bien para darte cuenta de que sois dos extraños” (Mary Tyler Moore).

Veo esa foto y la persona en ella es un completo desconocido. Alguien que simplemente no puedo reconocer. La foto y el hecho de haberla publicado. ¿Con quién pasé estos últimos cuatro años de mi vida? ¿Por qué no supe ver?.

Me atormento y siento que mi corazón hierve. Pienso que de aquí para adelante, solamente quiero ir en una dirección: hacia arriba. Poder sanar de manera literal y figurada. Quiero no volver a saber nada de los últimos cuatro años. Quisiera poder borrarlos de una sola vez y si pudiera, también los reclamaría para que la vida me los devolviera en blanco y así no volver a invertirlos en una persona enferma y en una relación estéril.

Cuando miro hacia atrás y saco cuentas, puedo ver que hacía mucho tiempo ya que el "amor" se había ido y que debí verlo. Me cuesta mucho perdonarme por no haber caído en la cuenta, por no haber puesto un alto a su descuido y a su egoísmo. Supongo que puede decirse que al final lo hice, pero no sin salir de esa casa deseando no haberlo conocido jamás.

Hoy realmente quisiera no haberte conocido nunca.

miércoles, 21 de marzo de 2018

That question...

Sometimes someone will ask you a question that will ultimately make you think for days. I was at this fancy work related dinner. As I was already saying good bye, someone said that it was good to live in Belgium or something like that. I answered that besides Mexican, I was also Belgian. Someone in the corner of my table asked "married to a Belgian?" (someone that had mentioned that she was married to a diplomat). I answered that I had gotten the citizenship thanks to the many years I've lived here.

I went home and for some reason that short exchange of words made me think about how I managed to get BE citizenship. It made me think about the 7 years it took to apply for it and the 9 years that have passed by since I first took that taxi from Zaventem that drove me through main avenues, including Louise and took me to that small studio in Uccle where as I was opening the door, fireworks for 2009 had started. None "gave me" that second passport. If there is credit to be given, it is to myself.

It's been a long time in Belgium. It's been an important part of my adult life. It's been different, it's been a lonely time. It has also been years to get to know myself better, to get older, get ill, understand that at the end of the day it's me the one that should never leave and that I will never leave myself.

A friend of mine said that according to oriental traditions, I should get a gold object as "welcome gold" now that I've moved house. I thought about it for days and even a couple of weeks and at the end I bought my first ever diamond. From me to myself. I put a ring on it.

martes, 6 de marzo de 2018

When you are alone...

It's funny how sometimes you think that you have people by your side, especially your partner, and then one day you realise that you are alone as f*ck. Someone's physical presence does not translate to company, loyalty, care, etc. I spent four (yes, four!!) years thinking I wasn't on my own and it turns out that I was.

What was different from before those four years?
1. That I moved outside Brussels
2. That I put myself in second or third or even fifth place thinking that in that way, I wouldn't mess with a father-daughter relationship
3. That I became ill. Physically and emotionally
4. That I had to adjust to someone's else priorities (and I wasn't one of them)
5. That I wasn't really part of that home. I was just helping out
6. That I went from one medical appointment to the next on the basis of someone's else availability and mood
7. That I had to wake up earlier and go to sleep earlier
8. That I couldn't see the few close friends that I've made since I moved to Belgium
9. That for four years I thought I had MY own family
10. That for four years I believed the lie of "having found my soulmate" and that the "I love you" manifestations were real and enough reason to stay.

The list could go on, but this post is not intended to be unkind to myself. I was blind and stupid in many ways, but I'm ready to be nicer and to make the best out of this new phase of life.

Peace.