Íbamos bien con el no. Íbamos bien con esa dinámica, pero claro, se me olvidan los límites para al final ser yo quien termina en una posición ridícula.
Y sé que nuestro paso por la vida de otras personas tiene siempre un propósito y en este caso es aprendizaje. Aprender por ejemplo a ser consecuente y a seguir mi sexto sentido y no dejar que me endulcen el oído.
De cualquier forma fueron un par de buenos días. Claro, hay que verle el lado positivo a las cosas, cierto?
Et voilá. Ces't ça!
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