Lo cierto es que las cosas que pasaron -y algunas que siguen pasando-, solamente me ayudan a tener más claro que Bruselas sigue siendo mi lugar y que es aquí en donde me conviene estar. Tambien está claro que sigo siendo el capitán de mi propio barco y la única persona por la que debo preocuparme (y ocuparme de).
He decidido que 2014 será un año muy "movido" y que gracias a cierto "permiso", va siendo hora de nuevas oportunidades (reales, no fingidas).
Alors, bienvenue 2014.
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