Siempre me lavo las manos después de tocar a un animal.
Mis zapatos no están acostumbrados al campo, siempre fueron zapatos de ciudad.
Bruselas era una ciudad en la que iba a estar por dos años.
Y hay mil cosas que no entiendo y que me hace enojar (como invertir 2 horas y media para engargolar 5 documentos y que me digan que un trabajo como ese requiere 4 horas).
Y extraño el sol del Distrito Federal. E ir de un lugar a otro sin parar incluyendo el tren me agota.
Y me irrita no tener una tarjeta de identidad por 5 años que correspondería.
Y nunca antes en mi vida tuve un gato, mucho menos acaricié un caballo.
Tampoco tenía relación con belgas (excepto por los muchos cafés mientras te buscaba y la gente de la oficina).
Y nunca fui al aeropuerto de Zaventem en otro transporte que no fuera taxi o tren.
Y por muchos años no tuve un hogar , ni mi propia familia.
Y hacia mucho tiempo que no me sentía tan protegida. Y ya no tengo ese miedo profundo a que algo me pase viviendo tan lejos de mi país.
Y ahora una semana lejos me da miedo...