Hace un par de años intenté planear un fin de semana largo en Grecia, pero era muy caro y lo dejé. Algún tiempo después y gracias al trabajo, me pude llenar los ojos de Atenas.
Como de costumbre, caminé, caminé y caminé. Probablemente mi plan de visita no fue el mejor, pero de cualquier forma creo que me hice una buena idea de lo que es la ciudad.
Por alguna razón, Atenas me recordó a Buenos Aires. Quizás por la crisis, quizás por la propia forma del lugar. Quizás algún sonido cuando escuché a la gente hablar, no lo sé... Quizás por la crisis y esas pequeñas cosas que te dicen que no todo el mundo la está pasando bien.
Durante estos días sentí como si estuviera pisando la historia y en buena medida fue literalmente así. A cada paso que das en el centro de la ciudad, se encuentran vestigios de una de las más grandiosas civilizaciones.
Qué afortunada. Cuántas cosas han visto mis ojos hasta ahora. Cuántas cosas más quiero ver!!
Y luego es cierto que hoy ya estaba ansiosa de volver a Bruselas. Disfruté mucho la oportunidad, pero ya extraño a Jo.
También es cierto que vi desde mucha distancia el pasado "reciente" y me siento muy feliz actualmente. Desde la parte más simple (y al mismo tiempo alucinante) de viajar, hasta la de la "forma" de mi vida en la actualidad.
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