Cada día más y más lejos. Cada día más y más díficil de reconocer como algo familiar, como algo cercano. Cada día más y más ajenos. Cada día más desconocido. Así de fácil se nos escurren entre los dedos los lazos, los recuerdos y los anhelos. Así de rápido.
Las horas, los días, los meses pasan sin detenerse a mirar lo que se queda en el camino. Furiosa la vida sigue. Nos toma de la mano sin preguntar si queremos seguirla y nos hace continuar, con algunas pausas, pero sin mayores contemplaciones.
Se va borrando todo, se apaga la angustia, se abren nuevas oportunidades y yo no me doy por vencida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario