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martes, 31 de mayo de 2011

Las personas que no conozco

Hace unas semanas decidí comenzar a caminar de la oficina a la casa. Camino por unos 40 minutos y supongo que es el único "ejercicio" que hago en esta ciudad. Caminando, poniendo algo de atención, me dí cuenta de que muy frecuentemente a la hora en la que llego a la zona en la que vivo, veo a una mujer muy delgada, de unos 40 y tantos años. Es una persona a la que no conozco, pero en mi imaginación creo que sé quién es.

Camina, a veces esta sentada... a veces tiene bolsas de plástico, como del supermercado. A veces parece que sólo se sostiene en esta vida, sin más objetivo que la mera existencia. Creo, por como la veo, que es una de esas personas que cruzo esa línea muy fina que separa el "bien estar" del mundo quizás mas cómodo de la locura. Su mirada no parece enfocar nada en concreto, su expresión es siempre la misma, no siquiera diría que triste, sólo está ahi, en su cara.

También camina así nada más, como algo que tiene que hacer, algo que no es precisamente una elección. Imagino que esta sola en el mundo, o en esta ciudad... o está sola en su mente y en su corazón, sola y aislada. Aislada en un mundo que no es el mismo que yo camino. Ella parece estar en otro, uno que quizás le acomoda mejor. Uno que quizás es mas fácil de soportar que el ordinario.

Ella es una persona que no conozco y que por alguna razón es la idea detrás de este primer post. Qué díficil debe ser cuando se está tan cerca de esa fina línea que separa mundos y percepciones. Creo que todos en algun momento nos acercamos, todos conocemos ese borde tan peligroso al que el dolor nos acerca.