Y así, como sin nada, pasas varias horas con una persona que no te produce estress. El tipo dulce, inseguro, incapaz de dar un paso... demasiado tímido como para eso. Qué contraste!
Compartes un poco de quién eres y él también. Te das cuenta de que tan solos estamos los seres humanos y piensas en todos los corazones rotos y maltratados del mundo. Somos un montón! Entiendes lo pesada que puede resultar la soledad aún para alguien que está en su lugar, en su propio país.
Y fue bueno. Para ambas partes. Un domingo sin presiones, un domingo llenando las horas de dos existencias completamente diferentes, pero que comparten ciertos razgos.
Los juegos continuan, pero es bueno saber que de vez en cuando podemos dar con personas como él, en vez del típico hombre lleno de si mismo, egoísta y charlatán.
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