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viernes, 9 de agosto de 2013

Cansada

Siempre que estoy en México me siento más cansada que cuando estoy en Bruselas. En México no trabajo, pero casi nunca paro.

He visto a amigos y familiares. He resuelto cosas y ayudado a resolver. Cuando estoy aquí soy como siempre: la mamá chiquita de mis hermanos y hasta de papá. No me molesta, pero pasa y me doy cuenta de ello. Ojalá tenga siempre en mis manos una forma de ayudarlos.

También, cuando estoy en México, me doy cuenta de que aún no quiero regresar y me pregunto si algún día lo haré. No lo sé. Es probablemente una de las preguntas más difíciles que la gente me hace.

Algunas personas aún hablan de mis últimas relaciones y preguntan qué pasó. Para mi son cosas tan distantes ya... Yo me pregunto otras tantas cosas acerca de mis relaciones, pero concretamente de las de amistad. Me pregunto si estando tan lejos, las personas que me significan, las que creo conocer (y que me conocer mejor), seguirán ahí, para mi, cada 6 ó 7 meses.

Ultimamente tengo ese miedo. Pienso en aquello de "Santo que no es visto, santo que no es adorado" y me pregunto si mis amigos de tantos años seguirán queriendome, si aun les importan las cosas que me pasan y si en general les importa qué es de mi.

Mi ciudad cambia, pasan tantas cosas en el lapso de 6 meses y al mismo tiempo todo sigue igual (y algunas cosas inclusive empeoran). A veces no la reconozco y quizás ella tampoco me reconozca a mi.


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