Hoy estuve en el centro. Pasé por algunos lugares de la primera vez y de alguna otra ocasión que fuimos juntos. Primero la zona de las lámparas y ese estacionamiento en el que creo que estuvimos dos veces. Comí con mi hermano en el Mercado de San Juan y la pasamos muy bien (era un lugar que no conocía).
Después caminamos en la zona que me trae muchos recuerdos de la primera vez. Hasta ahí todo bien. Creo que he podido procesar y superar todos esos recuerdos. Sin embargo esta vez algo se rompió cuando pasé por la esquina de Gante y Madero y me di cuenta de que el Starbucks ya no existe. Qué sensación más extraña. Es como si hubieran borrado de la faz del centro EL LUGAR. Es como si el destino y la historia de ese lugar se hubiera borrado a consecuencia de nuestra propia historia. Es como si todo se alineara. Desaparecieron un pedazo de mi corazón.
Fue como un balde de agua fría. Tuve que acercarme y asomarme a traves de la ventana y ver el lugar abandonado, vacío. Caminé y volví para mirar otra vez el local vacío. Vacío de mobiliario, sin los logotipos, sin la gente, sin sus mesas, sillas y sillones. Sin ti y sin mi.
Estuve pensando en estos últimos días en cómo a pesar de pasear por lugares compartidos, me estaba sintiendo en mi lugar, pero ver ese local vacío fue como un golpe, uno muy duro. Supongo que es una coincidencia, pero una que me hace pensar que hasta las cosas externas a nosotros confirman que la historia tenia que ser como fue y/o es.
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